La amistad se construye. Me parece que a uno no siempre le enseñan a ser un buen amigo, no hay una academia de amigos o diplomado de amistad...
Muchas veces es fácil porque la amistad, se disfruta, se vive, se contagia, simplemente sucede sin mucha planificación; pero ¿qué pasa cuando hay tormenta, distancia o tristeza?
Para algunas personas es fácil ser empáticos, acompañar en los momentos difíciles, ser los robles que sostienen a los demás, es casi natural para ellos. Otros lo aprenden con los golpes de la vida, donde alguna vez fueron receptores de esa fuerza y entienden la importancia de retribuir de la misma manera; y algunos sin mala intención prefieren mantener la distancia, no “meterse”, no molestar, prefieren estar alerta y aparecer cuando se solicita. Aquí es donde toca ponerse a trabajar. Del otro lado, están los que cuando necesitan un amigo hablan, lloran, llaman. Sin embargo, que difícil es para algunos compartir con un verdadero amigo lo realmente trascendental. Nos quedamos callados, guardamos tristezas, escondemos problemas, cuando naturalmente sólo sabemos compartir fiesta, risas o travesuras.
Yo aprendí por el ejemplo de mis padres que siempre disfrutaban de sus amistades y nos brindaron la confianza y libertad de construir las nuestras. No me leí el manual de la amistad, pero por alguna razón soy afortunada. Tengo la dicha de contar con muchas personas que aprecio profundamente y que con los años nos hemos convertido en grandes amigos.
También vi en mis padres la tristeza que un amigo en problemas podía causarles, los vi acompañarlos y compartir la carga. Aún siendo personas que valoran profundamente la amistad, también pude verlos lamentarse por no estar en el momento preciso, por no escuchar con suficiente atención un llamado de ayuda, por permitir que la distancia los alejara de sus afectos.
Me pregunto muchas veces si merezco algunos amigos cuando soy distraída, a veces distante por no “molestar”, envío si acaso un sticker por prueba de vida, puedo ser fuerte con mis posiciones en un choque de opiniones o simplemente me rehúso a caer presa en miles de mensajes sin leer.
Admiro y respeto a esos amigos consecuentes, que insisten, planean y no abandonan; pero entiendo que la amistad no tiene que ser perfecta y como todo en la vida, cambia, puede ser estacional y un simple momento puede quedar grabado de por vida.
Pensando en eso, comparto cosas en las que podríamos trabajar:
1. Atesorar cada momento
2. No ocultar nuestros sentimientos.
3. Dejar los temores a un lado
4. Luchar contra el "¡mañana llamo!"
5. Desarrollar la empatía, no todos viven la misma realidad
6. Compartir la carga, te sorprendería lo que puedes llegar a recibir
7. No olvidar tus raíces
8. Escuchar, no juzgar, no subestimar
9. Los momentos difíciles también unen a las personas
Ya sea que apliquemos todos o algunos, les aseguro hará la diferencia en estos momentos difíciles donde todos necesitamos de algún amigo. Es ahora cuando les digo #noestánsolos y cuando es bueno #compartirlacarga.
Si te sientes sol@, aprovecho y te digo que #puedescontarconmigo, puede que nuestra amistad no sea la más robusta o antigua, pero estoy dispuesta a escucharte y aún cuando los abrazos tengan que esperar, puedo acompañarte desde la distancia. Respetaré tus opiniones y en caso de que requieras las mías, intentaré darte una honesta opinión en la medida que mis valores y perspectiva me lo permitan. Puede que no sea perfecta, pero será genuina. Para cuando todo esto pase, estaremos #felices de haber construido o reconstruido vínculos que serán no solo fuertes, sino gratificantes.
Los quiero,
Cin
A pesar de la distancia siempre eres y serás una de las personas mas maravillosas que que he conocido, no solo por ser mi mejor amiga, complice, confidente, compañera de fiesta (con el mismo nivel de maldad :) ) sino también por ser como mi hermana y por sobre todo mi Many 😘😘. I Miss you!
Extrañando los abrazos pero feliz de saber que siempre estaremos ahí a pesar de la distancia. Love u ❤️🤗